martes, 4 de octubre de 2016

Todos los finales son posiblemente parecidos

Todos los finales
son posiblemente parecidos
Al menos marcan un lugar
en cualquier parte del mapa

La caída se parece al vuelo de la rabia
Los corazones aletean tristes
Las manos palpitan fragilmente
antes del roce y después de la ruptura

Podría adivinar la caída de una lágrima 
porque entiendo los signos del presentimiento:

El silencio antes y después de la fractura. 


Por: Daniela Prado

jueves, 16 de junio de 2016

El silencio es el amigo más real

Quiero aprender tus gestos de memoria
y dejar de hablar
Te digo que el silencio 
es el amigo más real
más noble
pues se hiere demasiado en las palabras

Alguien me dijo 
que el lenguaje era una cárcel
y lo creo
porque me siento atada a este nombre
a esta identidad que no alcanzo a comprender

Porque un día quise imaginar 
algo por fuera del mundo 
algo que no conocía
y resbalé torpemente
con la sintaxis de tu nombre.


Por: Daniela Prado

martes, 26 de abril de 2016

martes, 15 de marzo de 2016

Juventud = Irreverencia²




A todos mis amigos irreverentes de la poesía colombiana


Casi en coro alegábamos que la poesía no necesitaba ser salvada
pero con el pecho inundado de algo parecido a la esperanza
soltábamos el yunque
ese discurso barroco y vulgar
sobre algo como el lugar común
del más común de los sujetos
o la más común de las palabras

Siempre con la misma turbulencia
creíamos que derruíamos construcciones semánticas
o paradigmas estéticos
asesinábamos al padre, a la madre
o algunas vacas sagradas de la poesía

Para estar aquí entre
baile, odio, chorro, drogas y más drogas
Escribir para vender papelitos en los recitales
retacar con poemas en una plaza cualquiera
en un bus, para seguirla
Besos,  sexo infantil entre escritores
y así hasta que el cuerpo diera

Lo cierto era que, queridos amigos
entre el bacanal y el aquelarre
se nos estaba quemando la casa
y aunque nos queda esta excusa risible para celebrar la vida
en unos años nos  espera el futuro como licenciados,
poetas jóvenes de 40
la calle, el rebusque,
la obesidad o la calvicie
y en el peor de los casos
el insípido cliché  de morir jóvenes.